Amantes

No eran suficientes cuatro manos para todas las caricias que el tiempo les había robado, dos bocas tampoco eran suficientes. Los labios de él recorrían su cuerpo a conciencia, era como si hubiesen sido modelados para ello, ningún hombre jamás había encajado tan perfectamente en su cuerpo, la ropa hacia bastante tiempo que les estaba estorbando. Se desnudaron el uno al otro.
Ella sabía que nada iba a ser suficiente, que nada podría saciar su deseo, que después de todo, se iba a quedar con la misma necesidad de él que recorría su piel, que doblegaba su voluntad, que incendiaba su cuerpo.
El tiempo los había vuelto salvajes, carnales, hambrientos.
Los ojos cerrados por miedo a que se les escapara de los labios una frase, una frase que se había prohibido pronunciar.
Ella intentaba guardar otra vez su aroma, lo percibía ahora incluso en su propio cuerpo, él, palpaba la suavidad de su cabello, siempre le había gustado tocarlo, lo beso en silencio.

3 comentarios:

  1. xiqueta, me encanta como escribes... nos dejas con el deseo de continuar tus historias. Marisa (no deja meter comentarios con la cta. del google, asique entrare como anónima)

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  2. Me gusta... deberías escribir más posts como este.

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  3. Nueva faceta... hummmm

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