Llevo una temporada a bajo ritmo en las redes sociales y en el blog, ando terminando una novela, corrigiendo otra... e intentando organizar el caos que últimamente reina en mi vida. Y para añadirle un poco más de chispa a mi mundo de letras y pendientes, desde hace unos días no puedo terminar de concentrarme porque una imagen (que no tiene nada que ver con ninguna de las novelas que os he comentado) se ha instalado en mi cabeza y no hay manera de que pueda terminar o corregir nada.
Me pasa como cuando la radio te despierta con una canción y no puedes dejar de cantarla durante todo el día por mucho que intentes pensar en otras, siempre sucumbes a la que te ha calado ese día. De modo que me debato entre ser organizada o dejarme llevar por el impulso.
Como normalmente soy una chica buena y siempre sigo el orden correcto (vamos, primero el uno y luego el dos) creo que tal vez ha llegado el momento de ser una rebelde y probar a dejarme llevar por las caprichosas musas, y retomar el young adult que tanto me gusta.
Parece que toca ser mala ;)
No dejes pasar las musas, cuando llegan hay que aprovecharlas ;) se mala pero no te olvides de lo demás, jajajajaja besitos
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